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La naturaleza siempre ha sido nuestra gran maestra, nuestros antepasados tenían una vida marcada y guiada por ella, determinaba su vestimenta, alimentación y espacios donde habitar.
En la actualidad, no estamos ajenos a estos cambios, siempre estamos recibiendo a los diversos agentes externos que interactuan con nuestro ser, sólo que no siempre nuestra consciencia y conexión con nuestro cuerpo permite darnos cuenta de ello.
Una buena forma de volver a conectarnos con nuestro entorno es conociéndolo e incorporando ciertas prácticas a nuestras vidas.
La luna, fuerza de la divina feminidad, es el único satélite de nuestro planeta y por siglos a demostrado ser muy influyente en los seres vivos, así como es un buen guía para el cultivo, su abundancia y calidad del fruto, también nos ayudará a lograr un cabello más saludable y fuerte.
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